Machu Picchu, siendo una de las siete maravillas del mundo, recibe miles de visitantes al día. Por ello, es crucial que reserves tu entrada con suficiente antelación. No solo te asegurarás un lugar, sino que también podrás planificar mejor tu viaje. Haz tu reserva aquí.
La ciudadela incaica tiene dos estaciones predominantes: seca y lluviosa. Si bien cada temporada ofrece una experiencia única, es recomendable investigar las características de cada una para decidir cuál es la más adecuada para tu visita.
Machu Picchu tiene normas específicas para conservar el patrimonio y garantizar la seguridad de sus visitantes. Antes de tu viaje, infórmate sobre las áreas restringidas, los horarios y cualquier otra regulación que pueda afectar tu visita.
Aunque es posible explorar Machu Picchu por cuenta propia, un guía local te ofrecerá una visión más profunda de la historia, la arquitectura y las leyendas que envuelven este lugar místico.
El mal de altura puede afectar a algunos visitantes. Para prevenirlo, es aconsejable pasar unos días aclimatándose en Cusco y consumir bastante agua durante tu estadía.
Ver el sol nacer sobre Machu Picchu es una experiencia inigualable. Si tienes la oportunidad, planifica tu visita para llegar a la ciudadela antes del amanecer y disfrutar de este espectáculo natural.
Es fundamental seguir las directrices establecidas por el sitio para garantizar su conservación para futuras generaciones. Esto incluye no tocar estructuras, no ingresar a áreas restringidas y no dejar basura.
Tu visita tiene un impacto en el lugar y en las comunidades locales. Opta por el turismo responsable: compra artesanías locales, respeta la cultura y considera realizar actividades con menor impacto ambiental.
Machu Picchu es el punto culminante, pero la región ofrece mucho más. Considera visitar el Valle Sagrado, las Salineras de Maras o el nevado Salkantay. Cada rincón tiene una historia y una belleza única esperando ser descubierta.