Cada 24 de junio, el dios Sol es el protagonista de una de las fiestas más importantes y tradicionales que se celebran en el Perú: el Inti Raymi o “Fiesta del Sol”. Durante esta fecha, miles de turistas nacionales y extranjeros recorren las calles del centro histórico del Cusco y se congregan en las explanadas de sus principales recintos para vivir de cerca una especial jornada de actividades culturales cuyo fin es revalorar el legado inca.
Son cerca de 700 personas, entre actores, bailarines y músicos quienes – vestidos con prendas típicas- protagonizan una serie de escenificaciones que incluyen danzas, actuaciones y alabanzas realizadas en los exteriores del complejo de Coricancha y la fortaleza de Sacsayhuamán, así como en la Plaza de Armas de la ciudad.
El inicio de un nuevo año inca
El Inti Raymi fue instaurado por el inca Pachacútec en la década de 1430 d. C., y se celebraba cada año durante el solsticio de invierno del hemisferio sur -el día en que el Sol estaba más lejos de la Tierra-. Era la fiesta ancestral más importante del Tahuantinsuyo a la que solían acudir pobladores de los cuatro suyos. La celebración contó por última vez con la presencia del Inca en 1535.
Hoy, la tradición se mantiene como una representación teatral cargada de misticismo y espiritualidad. La ruta de celebración se inicia en el Coricancha, antiguo centro religioso de la capital inca, donde con bailes y cantos se hace una ofrenda al Inti o dios Sol.
Una vez terminado el primer acto en la explanada del Templo del Sol, los asistentes se dirigen hacia la Plaza de Armas para presenciar la continuación de la ceremonia. Se dice que en este lugar, conocido como Haukaypata en los tiempos del incanato, se solían reunir durante la noche anterior a la celebración los personajes más importantes del imperio en espera de la aparición del dios Inti. Con silencio y con gran respeto aguardaban el amanecer, y cuando al astro ascendía entre las montañas, los pobladores le rendían agradecimiento por las prósperas cosechas del año.
El extenso campo de la fortaleza de Saqsaywaman es lugar del tercer y último acto: el más importante de la jornada y que cuenta con una duración aproximada de cuatro horas. Aquí, el Inca y su séquito llegan para presentar sus respetos y admiración al Sol. El Inca reza una oración en lengua quechua y simula un sacrificio para que un chamán pueda predecir la prosperidad y bienestar del año entrante.
Este 24 de junio del 2022 volveremos a vivir la más grande y imponente fiesta cusqueña «el Inti Raymi». Una celebración cultural llena de color.
En esta experiencia tendrá la oportunidad de ver esta celebración desde las tribunas en Qorikancha y Sacsayhuaman acompañados de un guía local quechua hablante quien interpretará para usted todos los diálogos del inti Raymi 2022.
08:00 hrs: Inicia la ceremonia actual del Inti raymi (fiesta al dios sol), en el Koricancha (templo del sol), vemos aparecer al general del ejército (sinchi), seguido a él sus guardias, el ejército imperial y luego las Aqllas, Tika takunas (mujeres que botan flores) y Pichaqcunas(los que limpian el lugar).
Escucharemos una música tradicional (pututus, quenas y tamborcillos).
Los últimos en aparecer y también acompañados de la música son el Inca y su Coya(esposa).
Aquí la ofrenda que brinda el Inca al Taita Inti es la chicha de Jora.
Después de esta primera puesta en escena nos vamos a la plaza principal, Plaza de Armas donde encontraremos, armada, una huaca, nuevamente el Sinchi y sus guardias son los primeros que ingresar, luego viene el ejercito, las Aqllas y en un litera vemos llegar la coya seguida de la nobleza y finalmente el inca.
Desde la parte más alta del huaca el inca tira las hojas de coca y pide a su sacerdote que adivine la voluntad del Taita Inti (padre sol). Terminado esto nos dirigimos a la explanada de Saqsayhuman.
La secuencia es la misma primero el Sinchi y al final veremos salir al inca, el inca brinda (con un kero en las manos lleno de chicha de jora), con el sol y seguidamente echa un vaso de chicha a una canaleta que se encuentra en dirección del Koricancha (Templo del sol). El WILLKA NINAKAMAYOC (el que mantiene el fuego encendido) enciende el fuego y lo mantiene, llego la hora del sacrificio, el TARPUTAY(sacerdote encargado del oráculo) pide que suban una llama tierna y negra, se dirige al sol con un tumi en las manos y abre el costado izquierdo del animal y le saca el corazón para ofrecerlo al sol. Otros sacerdotes encargados leen las vísceras, la sangre y la grasa del animal.
Al ser todo de satisfactorio resultado echan las vísceras al fuego. Al ver el humo el WILLAC UMU se alegra por los buenos augurios.
La fiesta termina en alegría contagiante por el pueblo. En el transcurso de todo el rito inca veremos cientos de danzantes de coloridos atuendos y la música tradicional que embellece por completo el magnífico escenario.